En primer lugar, se debe indicar que el material elegido para CIRO, el poliestireno para uso alimentario, no es fruto del azar, sino que es sin duda la mejor opción posible, tanto a nivel funcional e higiénico como para la salud de los consumidores y el medioambiente.
Comparado con la clásica caja de cartón para pizzas lo es ciertamente (pero no solo), porque esta última, además de no ser reciclable una vez utilizada, supone una producción de CO2 cinco veces mayor (que recordamos que es la verdadera causa de la contaminación) y una liberación de desechos sólidos y sustancias nocivas para el medioambiente que es decenas de veces superior.
En nuestro caso, queremos señalar que CIRO – The Original Pizza Box – es un embalaje alimentario y por lo tanto, no tiene nada que ver con la prohibición en Europa de los utensilios de plástico de un solo uso, también conocidos como «desechables».
De hecho, CIRO, al ser un recipiente destinado al transporte de alimentos, es exactamente como la bandeja de plástico para el jamón o el queso que se puede encontrar en el supermercado, es decir, un embalaje que no está sujeto a la norma antes mencionada.
A este respecto, quiero recalcar que en todos estos casos se utiliza el plástico precisamente porque es el mejor material posible para garantizar la correcta y óptima conservación de los alimentos, y que cualquier otro material no podría ofrecer las mismas prestaciones y supondría desperdicios o una alteración de esos alimentos (exactamente como ocurre con la caja de cartón para pizzas, por ejemplo), con unos daños económicos, sanitarios y medioambientales muy graves.
En lo que a nosotros respecta, nos motiva y gratifica saber que con CIRO estamos reduciendo el grave problema de los 900 millones de cajas de cartón para pizzas que cada año, solo en Italia y sin contar el resto del mundo, terminan en los vertederos.
No solo eso, como se muestra en la siguiente tabla, estamos muy contentos de poder contribuir a reducir de manera significativa la correspondiente huella de carbono así como la liberación de sustancias nocivas y de desechos sólidos en el medioambiente.
¿Un mundo sin plásticos? ¿Lo dices en serio?
No obstante, la prohibición relativa a los artículos de plástico de un solo uso se confunde a menudo con una abolición del plástico en general, sin darnos cuenta de que no hay ninguna razón para ello y que equivaldría a decir que nos deshagamos del acero, el vidrio o cualquier otro material noble que nos ha permitido ser una civilización evolucionada, por lo que sería como volver a la Edad de Piedra.
Además de los envases para alimentos y de los gravísimos problemas medioambientales y de salud mencionados anteriormente, que tendríamos si no usáramos envases de plástico, basta recordar que los electrodomésticos, ordenadores, aparatos y accesorios médicos, nuestra ropa, así como los coches, trenes, barcos y aviones están fabricados en su totalidad o en gran parte con materiales pertenecientes a la categoría de materiales plásticos.
Abolir sin más el plástico, remplazándolo por no sé muy bien qué, además de no tener sentido alguno por los motivos antes descritos, supondría, por ejemplo, tener medios de transporte mucho más pesados, entre un 25 y un 35 % más, con el consiguiente y significativo empeoramiento de la contaminación del aire, así como mucho más caros, además de menos duraderos y fiables de lo que requiere su función y uso.
¿Y los bioplásticos?
El poliestireno para uso alimentario elegido para CIRO PIZZA BOX es, además, la mejor opción desde todos los puntos de vista respecto a otros plásticos e incluso los bioplásticos, ya que es más rígido y es capaz de soportar las altas temperaturas con las que sale la pizza del horno (aproximadamente 90 grados), sin deformarse ni liberar ninguna sustancia nociva, como demuestran ampliamente nuestra certificazione prodotto sicuro concedido por Il Salvagente.
Los bioplásticos, como MaterBi o PLA, no soportan temperaturas superiores a los 70 grados, y si pasamos a las versiones aptas para soportar temperaturas más elevadas, además de ser muy poco «bio» a ese nivel, los costes, ya de por sí muy altos en esos materiales, subirían hasta el punto de que nuestra bandeja costaría más que la propia pizza (como ya está ocurriendo por ejemplo con las bolsas de bioplástico para las lechugas listas para comer, que cuestan más que la propia ensalada).
Por último, no te dejes engañar por estos materiales, llamados bio, porque en realidad nunca son 100 % orgánicos, sino que siempre requieren una base de síntesis química para ser más resistentes y útiles para su propósito, por lo que yo me guardaría muy mucho de ingerirlos.
Esto lo saben bien, por ejemplo, en Finlandia, donde comenzaron a usarlos hace varios años, para luego prohibirlos para algunos alimentos, como las verduras y las frutas cuya piel se come, ya que al ser biodegradables también liberan sustancias nocivas y peligrosas en los alimentos.
«Demonización del plástico»
Como ves, el problema es mucho más complejo de lo que parece a primera vista y está repleto de matices.
Podríamos seguir así durante días, con miles de ejemplos y evidencias científicas, pero en cualquier caso, quien no quiera comprenderlo y se lance a prescindir del plástico a pesar de todo, olvidando o ignorando deliberadamente multitud de otros aspectos, probablemente mantendrá su forma de pensar y, como se ha comentado, no nos corresponde a nosotros convencerlo de lo contrario, sino en todo caso a la comunidad científica y a una comunicación correcta y menos superficial por parte de los medios de comunicación.
Porque la estúpida «demonización del plástico» no es culpa de la gente normal, sino que es el resultado de una gran desinformación colectiva y de la distorsión de la realidad sobre el tema.
No queremos abrir un debate público sobre esta cuestión, porque nuestro blog o nuestras redes sociales no son desde luego ni el lugar ni la forma adecuada para hacerlo y ni siquiera es nuestra labor.
Dado que lo correcto es reducir y evitar el uso del plástico, donde tenga sentido y sea posible, es igualmente correcto evitar demonizarlo para prescindir de él y tratarlo como si fuera la causa principal, cuando no la única, de la contaminación de nuestro planeta.
Resulta curioso, por no decir sospechoso, observar cómo en los últimos años solo escuchamos hablar del plástico en los mares, y no se hace, o casi, ninguna mención a la contaminación del aire, mucho más grave, y al consiguiente efecto invernadero, la lluvia ácida, los polvos finos, la contaminación del suelo y de las aguas, etc.
¿Lo has notado?
¿Puede ser porque se quiere desviar la atención de la opinión pública de un problema mucho más grave, y es que no estamos alcanzando los objetivos deseados y abanderados por los gobernantes de medio mundo tiempo atrás, como ha denunciado Greta Thunberg ante el Parlamento sueco y la ONU?
Es una lástima que el deshielo de los polos, la acidificación y el aumento de la temperatura de los mares, con la consiguiente muerte y extinción o alteración de miles de especies marinas, dependa de esto, es decir, de la sobreproducción de CO2, en lugar del plástico.
Sin embargo, el plástico, a diferencia de la contaminación atmosférica, es claramente visible y, por lo tanto, es fácil centrar la atención en él.
Dicho esto, el problema no es el plástico, sino el «desecho del plástico» y su mal uso, cultura y eliminación que están llevando a cabo en los últimos años los países menos desarrollados en estos aspectos.
No en vano, se ha encontrado que el 90 % del plástico de los mares procede de solo 10 ríos que atraviesan los continentes asiático y africano.
Estos 10 ríos vierten al mar el 90 % de los desechos de plástico del mundo. Datos de Export of Plastic Debris by Rivers into the Sea, de Christian Schmidt, Tobias Krauth y Stephan Wagner, publicado en Environmental Science & Technology (2017)
Además, si tuviésemos que eliminar el plástico de la noche a la mañana, los problemas serían mucho mayores y más graves, como informa el Think Tank The Green Alliance – organismo independiente – publicado por BBC NEWS.
"La guerra contra el plástico puede hacer más mal que bien, advierte un grupo de expertos"
“But it warned that rejecting all plastic food packaging could prove counter-productive.
Agriculture is a major source of greenhouse gas emissions, so reducing food waste is vital.
Well-packed food – perhaps in plastic – helps protect food from damage, so it can actually save on greenhouse gases.
Finite land
The other potential area of concern is the substitution of plastics with plant-based materials.
Forests are already being felled to grow crops to feed the world’s booming demand for meat production and wild land is also disappearing to produce bio-fuels for cars and electricity generation. But there is a finite amount of land.
The Green Alliance fears that a demand for plastic substitutes could also increase the pressure for deforestation.
This would, in turn, lead to more greenhouse gases that would warm and acidify the oceans people are anxious to protect.“
Básicamente dice que un envasado inadecuado de los alimentos aumentaría su desperdicio y en consecuencia los gases de efecto de invernadero emitidos por la producción agrícola, que son su principal causa.
Básicamente dice que un envasado inadecuado de los alimentos aumentaría su desperdicio y en consecuencia los gases de efecto de invernadero emitidos por la producción agrícola, que son su principal causa., que las personas están tan ansiosas por proteger cuando ponen toda su atención al plástico en los mares.
Al contrario de lo que erróneamente se dice, si se desecha y recicla adecuadamente, el plástico es un material noble que puede reutilizarse para diversos y útiles propósitos, hasta un total de siete veces, después de lo cual se puede usar, por ejemplo, como elemento de base para las carreteras o para convertir los residuos en energía.
E Italia está a la vanguardia en este sentido, ya que alcanza un porcentaje de reciclaje y conversión en energía de alrededor del 90 % (datos de CoRePla, el consorcio italiano para la recogida y recuperación de los materiales plásticos).

Premio COREPLA «Call for Ideas 2020» a la ecosostenibilidad
No en vano, CIRO - The Original Pizza Box - ha sido galardonado con el premio «COREPLA Call for Ideas 2020 - En busca del plástico perdido», destinado a premiar el desarrollo de soluciones innovadoras para la recuperación del plástico.
COREPLA, que apoya y financia proyectos innovadores para el reciclaje de los envases plásticos y la aplicación del material secundario resultante, ha puesto en marcha investigaciones en universidades, organismos públicos de investigación, empresas y startups para premiar la idea más innovadora y eficiente para el medioambiente.
Esta selección e investigación, que ha puesto en liza a más de un centenar de empresas, ha tenido como vencedor a CIRO - The Original Pizza Box -, ya que al ser un material reciclable, ofrece la posibilidad de crear un circuito cerrado de recogida, que permitirá a su vez producir nuevos envases con el plástico procedente del reciclaje de los ya usados.
Evidentemente, no se puede decir lo mismo del cartón de las pizzas para llevar que, después de mancharse de aceite, de la grasa de la mozzarella y de tomate, no se pueden tirar en absoluto al contenedor de papel, sino que terminan en el de la basura general!
Resumiendo...
- CIRO - The Original Pizza Box - no pertenece a la categoría de utensilios de plástico de un solo uso, también conocidos como «desechables», sino que es un envase de uso alimentario y por lo tanto no está sujeto a tales limitaciones, tanto a nivel italiano como europeo;
- CIRO PIZZA BOX es 100 % reciclable y también es reutilizable para otros propósitos #riusaciro;
- el cartón clásico, una vez usado y manchado de grasa, ya no es reciclable, y cada año en Italia 900 millones de estos envases acaban en los vertederos, con unos gravísimos daños medioambientales;
- CIRO ha recibido el premio «COREPLA Call for Ideas 2020» por su sostenibilidad medioambiental;
- el cartón nunca ha ganado tales premios y nunca podrá ganarlos;
- CIRO PIZZA BOX è igienico e sicuro per la salute, verificato ad uso alimentare per alimenti caldi e umidi e con il bollino “Prodotto sicuro” dalla rivista IL SALVAGENTE;
- el cartón de las cajas para pizzas está siendo investigado por el Ministerio de Sanidad italiano y su normativa está siendo revisada en el Parlamento europeo, ya que está lejos de ser seguro para la salud;
- El cartón produce CO2, contamina y consume energía y agua de diez a cien veces más que CIRO PIZZA BOX, según un estudio de la Universidad de Bolonia y la tabla comparativa que se muestra anteriormente.
Por ello, querido propietario de una pizzería, continúa usando CIRO PIZZA BOX sin temor y sin demora, porque es la mejor solución posible para salvaguardar no solo la calidad de tus pizzas, sino también la salud de tus clientes y el medioambiente.
¡Por tu éxito!
Mario Menzio